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Hermandad Global: Un desafío para extender las tiendas de nuestras corazones

Por Sr. Marceline Yenmuleh, TSSF
Hna. Sue Ernster, líder de la congregación de las Franciscanas de la Adoración perpetua (FSPA) y presidenta designada de la Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas

Nuestra Hermandad Global nos desafía constantemente a ampliar las tiendas de nuestros corazones. Nos ofrece oportunidades para aprender unos de otros, compartir nuestras historias comunes, aceptar nuestras debilidades y buscar formas de enfrentar los desafíos de la vida con resistencia y ecuanimidad.

Nuestra Hermandad Global nos desafía constantemente a ampliar las tiendas de nuestros corazones. Nos ofrece oportunidades para aprender unos de otros, compartir nuestras historias comunes, aceptar nuestras debilidades y buscar formas de enfrentar los desafíos de la vida con resistencia y ecuanimidad.

Después, la Hna. Sue Ernster, líder de la congregación de las Franciscanas de la Adoración perpetua (FSPA) y presidenta designada de la LCWR de América, visitó a las Hermanas Terciarias de San Francisco en Roma. Su visita ha fortalecido aún más los lazos entre las Franciscanas de la Adoración perpetua (FSPA) y las Hermanas Terciarias de San Francisco (TSSF).

Según la Hna. Sue, nuestra comunidad en la solidaridad franciscana es un ejemplo de cómo fortalecer nuestra Hermandad Global, porque “compartimos la cultura de los demás”.

Es una relación que nos hace reconocer cada vez más que “somos más fuertes juntos que solos”, compartiendo la riqueza de nuestras diferencias y culturas.

Al final de su estancia en la TSSF, la Hna. Sue expresó su profunda gratitud por la hospitalidad, la amabilidad y la belleza de las relaciones. Experimentó que la hospitalidad es algo natural para la TSSF. Vale la pena mencionar que la hospitalidad y la generosidad son valores fundamentales de la TSSF. La Hna. Sue resumió la alegría que experimentó con la TSSF con las siguientes palabras: “Aquí vive la pura alegría franciscana”. Confesó: “Nunca me he sentido tan bienvenida como aquí”.

Para la TSSF, la visita de la Hermana Sue fue un testimonio de la alegría de la fraternidad franciscana y la simplicidad. Fue un encuentro sinodal marcado por un profundo intercambio y conversaciones que cambian la vida.

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